“La copia creativa mueve el mundo”
Desde el Cromañón hasta nuestros días ha existido la copia. Es un fenómeno viral que abarca todo, desde la moda a la industria pasando por nuestros hábitos como seres humanos. Copiamos nuestros padres en módulos de conducta, copiamos nuestros amigos, en fin, lo copiamos todo, ya que el fin y al cabo, somos lo que aprendemos y aprendemos copiando. Pero, ¿Es copia? O ¿es autentico? Difícil…. Veamos:
Hay 2 tipos de copia, una positiva (creativa) que es en la que además de copiar añadimos valor al nuevo producto y la copia negativa que es la que no evoluciona y se estanca en la mera mediocridad o simple plagio.
En estos tiempos, la moda es sin lugar a dudas uno de los aspectos que más se viraliza, por supuesto con las mismas connotaciones: a veces en positivo y a veces en negativo.
Todos estamos influenciados de una manera u otra por símbolos externos a la hora de copiar estilos o tendencias.
Lo copiamos todo, desde el peinado hasta los zapatos. Tendemos a contagiarnos simplemente por ver a la gente vestida por a calle o en el trabajo incorporando estas nuevas tendencias a nuestro propio estilo. Ya publiqué un post en referencia a éste mismo tema llamado “Los amigos y la familia influyen en el concepto que tenemos de belleza”.
Siempre alabamos los estilos auténticos. Es nuestra forma de definir lo que nos gusta de lo que no nos parece apropiado. De esto es de lo que quiero hablar en este post:
Llevo tiempo observando ciertos círculos sociales en los que los estilos y comportamientos me parecen muy curiosos. Tanto es así que me estoy incluso preguntando si no es algún tipo de enfermedad contagiosa que como otras modas se propaga viralmente.
Las personas que conforman ciertos círculos sociales parece que hayan sido cortadas por un mismo patrón. Visten igual, hablan igual, llevan el pelo igual, mismas marcas de complementos, y hasta se ríen igual. Impresiona como este virus se propaga y hace que todos los que se arriman acaben pareciendo clones. Aquí es donde hablo de la copia negativa, esa que no añade valor. Es como una enfermedad en la que el individuo pierde autenticidad y hasta la personalidad. Como enfermedad, se protege de la cura impidiendo que nadie inmune penetre en su círculo.
Con este post solo pretendo reflexionar en clave de crítica y autocritica para que tengamos siempre los sentidos alertas a la hora de copiar. Copiar es lícito y correcto, pero siempre debemos mantener nuestra personalidad por mucho que pertenezcamos a un círculo u a otro. Nunca debemos olvidar que somos únicos y auténticos. Esto me recuerda un tantra tibetano que reza: “Nunca olvides que eres el centro de tu universo”.
Alimentemos y enriquezcamos nuestro universo, interactuemos con otros, pero por favor, no perdamos la identidad y la autenticidad.
Gracias a mis amigas por el apoyo que me dais…